Les cuento que a las 6:02 de la tarde del sábado, al son de “God Bless the U.S.A.”, el ex presidente Donald Trump salió al escenario en el recinto ferial de Butler, Pensilvania, y saludó a un público entusiasta para iniciar su discurso de campaña bajo un abrasador sol de mediados de verano.
Durante los primeros minutos del mítin, Trump señaló a una gráfica de barras que mostraba un repunte en los cruces ilegales en la frontera durante el mandato de su rival, el presidente Joe Biden. “Esa gráfica es de hace un par de meses”, dijo Trump. “Y si quieren ver algo muy triste...”.
Entonces sonaron los disparos, al menos cinco. Thomas Matthew Crooks, el tirador, disparó desde un techo con un rifle AR-15. Trump se agarró la oreja mientras agentes del Servicio Secreto se apresuraban a rodearlo. Se tiró al suelo mientras los agentes gritaban “¡Agáchese!”. La multitud se movió al unísono, agachándose mientras el silencio se extendía, interrumpido por algún grito ocasional.
El Servicio Secreto rodeó a Trump, cubriéndolo con sus cuerpos y tratando de evacuarlo. Trump se levantó, mientras los agentes lo rodeaban, y cubrían su cuerpo con los suyos. Intentaron llevarse al ex presidente del escenario por su izquierda mientras le goteaba sangre de la oreja.
Durante los últimos momentos en el escenario, Trump alzó el puño mientras la multitud vitoreaba, y pareció decir “peleen” antes de que los agentes le llevaran escaleras abajo hacia una camioneta negra que esperaba. Trump alzó el puño una vez más antes de entrar en el vehículo.
Después del tiroteo, el fiscal de distrito local dijo que el tirador y un espectador habían muerto. Otros dos espectadores resultaron heridos de gravedad. El FBI identificó al agresor como Thomas Matthew Crooks, de 20 años y residente en Bethel Park, Pennsylvania. Quien fue abatido por personal del Servicio Secreto.
Hasta el momento se sabe que, Crooks disparó desde una distancia de 150 metros, utilizando un rifle AR-15, una versión civil semiautomática del M16 militar. Un análisis de vídeos y fotos tomadas en el mitin mostró que el tirador pudo acercarse asombrosamente al escenario donde hablaba Trump. Un vídeo en las redes sociales mostró el cuerpo de Crooks en el tejado de una planta de fabricación justo al norte del recinto.
El Servicio Secreto y otros funcionarios de las fuerzas del orden están investigando cómo Crooks pudo acercarse tanto al escenario. El FBI está dirigiendo la investigación del tiroteo, en colaboración con el Servicio Secreto y las fuerzas del orden locales y estatales. Mantener la seguridad de los candidatos presidenciales y sus actos de campaña es una prioridad vital.
Por otro lado, James Comer, presidente del Comité de Supervisión de la Cámara, pidió una sesión informativa al Servicio Secreto. Ritchie Torres, demócrata por Nueva York, pidió que se investiguen los “fallos de seguridad” en la manifestación. El gobernador de Wisconsin, Tony Evers, está en contacto con los coordinadores de planificación de seguridad para la Convención Nacional Republicana en Milwaukee.
Este atentado, aunque aterrador, podría fortalecer la narrativa de invencibilidad de Trump y convertirlo en un héroe para muchos, incitando la violencia entre sus seguidores. La creciente polarización en Estados Unidos ha derivado en un repunte de la violencia política, dañando la democracia y afectando la participación en actos políticos.
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